Todos nos conmovimos con el terremoto de Haiti, el país mas pobre de América latina sufría el peor terremoto del siglo XXI, si,parece que las desgracias no van solas.
Las televisiones desplegaron todo su potencial para hacernos ver lo que ocurría y pudimos ver el desastre como si fuese un reality.
Todos los paises prometieron dinero a espuertas, decían que la crisis que azotaba la aldea global no era excusa para no ayudar y en que se han quedado las palabras llenas de solidaridad de los gobiernos poderosos.... pues en eso... en palabras.
Todos los paises prometieron dinero a espuertas, decían que la crisis que azotaba la aldea global no era excusa para no ayudar y en que se han quedado las palabras llenas de solidaridad de los gobiernos poderosos.... pues en eso... en palabras.
Hoy, un año después, solo a llegado un 10 % de la ayuda prometida, las casa siguen en el suelo, las familias siguen durmiendo en chabolas de plástico y las ayudas alimenticias es lo único que mantiene con vida a todas esas personas que se quedaron sin nada.
Pero lo mas preocupante no es eso, no hace falta vivir con paredes de ladrillos para formar un hogar, y no hacen falta grandes comilonas para sobrevivir, pero lo que si le hace falta a Haiti es que las ayudas prometidas se conviertan cuanto antes en escuelas, y en ayudas para que los niños no tengan que ir a trabajar para poder vivir. Lo importante es que este 60 % de niños que no van a la escuela, empiecen a estudiar, porque esta inversión es la que le promete a Haiti un futuro mejor, un futuro sostenible, basado en su economía y en su trabajo propio.
Que no se convierta Haiti en un país mas de esos que necesitan ayuda extranjera durante décadas.